Julio Martínez Pradanos nació en la ciudad de Temuco, el 23 de junio de 1923. Como muchos otros destacados hombres de comunicaciones en Chile, era hijo de españoles, quienes se trasladaron después con él hasta Santiago. Sus inicios en el ambiente radial fueron en las Fiestas Patrias de 1948, cuando comenzó a trabajar accidentalmente en el programa Clínica Deportiva de Radio Prat, dirigido por el eximio hombre de teatro y espectáculos Carlos Cariola. Fue elegido en la ocasión para el rol de locutor por hallarse en los estudios esperando a un amigo y habiéndose ausentado el profesional a cargo, así que se le ofreció reemplazarlo.
Hombre de inmensa cultura e ilustración, de caballeroso trato y amante de la noche y la bohemia, Martínez se dedicaría de lleno, desde entonces, al periodismo y la conducción de programas de acento deportivo, principalmente fútbol y boxeo. Su voz como relator fue escuchada por generaciones de auditores, de hecho, conduciendo programas históricos de radios Agricultura, Cooperativa y Minería.
Trabajó mucho en prensa escrita para diarios y revistas, destacando como el principal relator deportivo del Mundial de Fútbol de 1962 celebrado en Chile y usando a veces sus iniciales JM para presentarse. Fue en aquella ocasión, además, cuando acuñó la ahora célebre frase de celebración "¡Justicia divina!", que exclamó con vehemencia cuando el chileno Leonel Sánchez metió un gol a la selección de la Unión Soviética en el Estadio Carlos Dittborn de Arica.
En esa misma década entró establemente a la estación de televisión de la Universidad Católica, en donde fue conductor de programas como A Esta Hora se Improvisa y Almorzando en el Trece. Era el encargado de los comentarios deportivos del informativo Teletrece, además. También era figura infaltable de la Teletón. En la primera versión de esta, en 1978, diría otra famosa frase para el bronce, desde sus más poéticas emociones: "¿Saben ustedes qué es lo que hay en cada niño que sonríe? Un canto a la vida, un canto a la dicha, y un canto al amor".
Julio Martínez recibió galardones como el Premio del Círculo de Periodistas Deportivos de 1970 y el Premio Nacional de Periodismo en 1995, entre varios otros. El Instituto de Historia y Estadística del Fútbol Chileno lo reconoció también con un premio nacional por su aporte a la historia de este deporte. Sus actividades trascendían al espacio radial o televisivo a esas alturas, y lo volvían un verdadero socialité, además de estar entre los más respetados hombres de las comunicaciones en el país, siempre aportando con críticas constructivas, datos históricos y comentarios sociales. Especialmente querido era entre la hinchada del club deportivo Unión Española, por el que nunca ocultó sus simpatías.
Con su salud deteriorada, trabajó en el espacio deportivo de Teletrece hasta mayo de 2007, viéndose forzado al retiro. Afectado por un cáncer a la próstata y tras varias complicaciones que significaron entradas y salidas al hospital, falleció por un paro cardiorrespiratorio el 2 de enero de 2008 en su departamento de Providencia, a los 84 años. En uno de los muchos homenajes póstumos, se colocó su nombre al Estadio Nacional de Ñuñoa.
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